Pues eso, que ayer fue un día de esos "moviditos", jejeje, con regalos desde por la mañana hasta la noche (sobre todo los de mis nenes, que cada año me hace más ilusión ver qué me traen del cole y este año ha sido una corbata auténtica "obra de arte" y un dibujo pintado de un muñeco con un texto atrás que...en fin...se te saltan las lágrimas cuando te dicen cosas como estas).
Ya por la noche, ¡escapada sin niños! (gracias, Mariló). Primero a cenar a un argentino en Torremolinos, Che Bolú, donde se come de escándalo...¡ufff!. Pedí un entrecot argentino y Yoli un medallón. Previamente unas empanadillas de carne y otras con jamón y queso, mas una ensalada, vinito...., ¡festín! y de postre unas copas de helado, jejeje, no podían faltar.
De vuelta para Málaga, al centro para tomar alguna copa y finalizamos en el Navegante, en plena Malagueta para degustar alguno de sus combinados. Esta noche cayeron un "Canarias" y una "Caipirinha", que quitaban el sentío.
Todo salió a pedir de boca pero esta mañana ya añorábamos a los diablillos. Fuimos a recogerlos para ir a jugar un rato en la mañana. Después de la tregua de anoche, hoy nos reímos como nunca, y es que no hay nada como desconectar de la rutina diaria para valorar lo que de verdad vale la pena en la vida: aquellos con los que diariamente convives, mi propia Familia: Yoli y nuestros 3 leones. ¿A qué están guapos?.
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